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Liderar no es ascender… es empezar una y otra vez

  • Foto del escritor: Nacho Martín
    Nacho Martín
  • 4 jun
  • 4 Min. de lectura
"El nivel más alto del liderazgo no tiene nada que ver con tu posición y todo que ver con tu influencia personal. Has ganado el derecho a liderar por quién eres, no por lo que haces." - John C. Maxwell

Muchos piensan que el liderazgo es una meta que se alcanza una vez y ya está. Que basta con obtener un título, un ascenso o un despacho con vistas para que los demás te sigan. Pero el liderazgo real no funciona así. El liderazgo auténtico es dinámico, no estático. Es más una actitud que una posición. Y cada persona con la que nos cruzamos es una nueva oportunidad —o un nuevo reto— para empezar de nuevo.


John C. Maxwell lo explica con claridad en su modelo de los 5 niveles de liderazgo, un marco que nos recuerda algo esencial: el derecho a liderar no se impone ni se hereda, se gana. Y se gana cada día. Con cada persona. En cada interacción.


1.El liderazgo es dinámico: se gana cada día


Uno de los errores más frecuentes es pensar que si ya hemos liderado con éxito un equipo, automáticamente tendremos el mismo nivel con el siguiente. Pero no es así. Porque el liderazgo se construye sobre las relaciones, no sobre los organigramas. Y cada relación es única.


Puedes estar en el nivel en que la gente te sigue por lo que has hecho por tu equipo actual —formando nuevos líderes, generando impacto— y sin embargo, al llegar a una nueva organización, vuelves a empezar desde el nivel inicial en que te siguen porque no tienen más remedio ya que tú eres el jefe. Incluso dentro del mismo equipo, puedes estar en diferentes niveles con distintas personas, dependiendo de la historia que compartes con cada una.


Es incómodo, pero poderoso. Porque nos obliga a mantenernos humildes, atentos y comprometidos. El liderazgo no se guarda en el bolsillo, se cultiva.


2.Los 5 niveles de liderazgo de Maxwell


Maxwell describe el crecimiento del liderazgo en cinco niveles progresivos:


1. Posición (Derecho)

Las personas te siguen porque tienen que hacerlo. Es el punto de partida: tienes un cargo, un título, una autoridad formal. Pero eso no garantiza compromiso ni respeto. Aquí, el liderazgo se basa en el poder estructural, no en la conexión personal.


2. Permiso (Relación)

Las personas te siguen porque quieren hacerlo. Has construido una relación, has generado confianza y has creado un entorno seguro. Aquí empieza a emerger tu influencia real.


3. Producción (Resultados)

Las personas te siguen por lo que has conseguido para la organización. Confían no solo en ti como persona, sino también en tu eficacia. El liderazgo comienza a multiplicar resultados.


4. Desarrollo de personas (Multiplicación)

Te siguen por lo que has hecho por ellas. Has invertido en su crecimiento, les has ayudado a convertirse en líderes. Este nivel transforma seguidores en líderes y construye cultura.


5. Personalidad (Respeto y legado)

Te siguen por quién eres y lo que representas. Has ganado respeto por tu carácter, por tus valores y por la coherencia mantenida a lo largo del tiempo. Has construido un legado. Este nivel no se alcanza con todo el mundo, y no se puede exigir: se debe merecer.


3.Cambiar de entorno, volver a empezar


Imagina que durante años has construido tu liderazgo en una empresa, has crecido, influido y formado a otros… y decides dar un nuevo paso: cambiar de empresa, emprender, liderar un nuevo proyecto. ¿Dónde estás en la escalera del liderazgo con estas nuevas personas? En el primer escalón.


Eso no invalida lo que ya has aprendido, pero te recuerda que tienes que volver a ganarte la confianza, la conexión, el impacto. Con humildad. Con escucha. Con presencia. Y sobre todo con intención, porque —como decíamos al principio— el liderazgo no es un lugar donde sentarse, sino una decisión que se toma cada día.


4.El mentoring como catalizador del liderazgo


Y aquí es donde el mentoring se convierte en clave. Porque este camino no se recorre solo, y mucho menos rápido.


Un buen mentor no te da atajos, pero sí mapas. No te lleva a cuestas, pero camina a tu lado. Te ayuda a ver tus puntos ciegos, te confronta con compasión y te impulsa a crecer, no solo como profesional, sino también como persona.


Dentro del marco de los 5 niveles de liderazgo, el mentoring puede acelerar y profundizar tu evolución:


  • En el nivel 1, te ayuda a no quedarte atrapado en la autoridad formal.

  • En el nivel 2, te enseña a construir relaciones sólidas y genuinas.

  • En el nivel 3, te desafía a generar resultados sin perder de vista a las personas.

  • En el nivel 4, te acompaña en el proceso de formar nuevos líderes.

  • Y si algún día llegas al nivel 5, te recuerda que el legado no se construye solo, sino con generosidad y visión compartida.


Pero sobre todo, el mentoring te recuerda una gran verdad: liderar no es llegar, es empezar. Y volver a empezar, con cada persona, con cada cambio, con cada reto.

 

¿Y tú? ¿En qué nivel estás con las personas que te rodean? ¿Cómo te ayuda el mentoring en tu camino como líder?

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