Coaching Financiero: Escucha lo que tus gastos dicen de ti
- Nacho Martín

- 12 jul
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 19 jul
“No somos libres cuando compramos lo que queremos. Somos libres cuando no necesitamos comprarlo.” - Nacho Martín
Mariona era socia de una firma de consultoría estratégica. Había construido una carrera sólida basada en análisis de datos, optimización de recursos y planes de negocio a cinco años.
Sabía cómo reducir costes, cómo identificar ineficiencias, cómo maximizar beneficios. Podía reestructurar una multinacional en una tarde de lluvia y manejar infinidad de hojas de Excel.
Y, sin embargo, había un área de su vida donde los números se le escapaban como arena entre los dedos: su vida personal.
Cada mes, como un ritual que no quería mirar de frente, entraba en su piso de Barcelona y abría un armario que parecía contener más emociones que ropa.
Dentro del armario: blusas sin estrenar, zapatos que solo usó una vez, y en el fondo… una caja llena de recibos y tickets de compra. Recibos arrugados, desordenados. Testigos mudos de impulsos no pensados, de consuelos innecesarios, de decisiones emocionales que ningún comité ejecutivo habría aprobado.
Mariona podía hacer un análisis DAFO de cualquier empresa, pero nunca había hecho un DAFO de su alma financiera.
Cada vez que abría el armario, algo le decía que ya era hora de limpiar. Pero lo cerraba rápido, como quien prefiere no ver lo que duele.
Hasta que un día, en medio de una mudanza emocional, se atrevió a abrir no solo el armario, sino también su alma. Y entonces entendió que sus finanzas eran un espejo. Que cada gasto era una historia. Que cada compra hablaba de ella más de lo que estaba dispuesta a admitir.
El dinero como espejo
¿Te has detenido alguna vez a escuchar lo que tus gastos dicen de ti?
Porque el dinero no se va, te cuenta. Cuenta cuándo necesitaste consuelo, cuándo te sentiste solo, cuándo celebraste desde la abundancia o cuándo te castigaste desde la culpa.
Tu tarjeta no miente. Solo refleja.
Y tú… ¿estás mirándote?
Los tres platos del menú financiero
Talane Miedaner, en su libro Coaching para el éxito, propone dividir nuestros gastos en tres categorías tan reveladoras como incómodas:
1. Gastos necesarios.
Los que alimentan tu cuerpo, tu hogar, tu subsistencia. La compra del supermercado. La factura del agua. El alquiler del piso.
Esos gastos son el pan. Y aún así, hay quienes compran más pan del que pueden digerir.
¿Estás gastando en lo que necesitas o en lo que te han dicho que necesitas?
2. Gastos optativos
Los que te aportan placer, confort o satisfacción. El café con amigos. Un libro nuevo. Una escapada de fin de semana.
Estos gastos son el vino. Bien elegidos, elevan la experiencia. Pero si los tomas para olvidar, te embriagan.
¿Tus gastos optativos son regalos para ti o anestesia emocional?
3. Gastos erróneos
Los que haces desde la inconsciencia, la ansiedad, la impulsividad. Esas compras que no recuerdas por qué hiciste. Que escondes. Que devuelves o ignoras.
Son el postre que te empalaga. La comida que tiras a la basura.
¿Cuántas veces has comprado por no saber decir “no” a algo más profundo?
El arte de registrar tus gastos sin juzgar
No se trata de sentir culpa. Se trata de mirar con ojos nuevos. De llevar un registro como quien escucha una canción que ha sonado mil veces y por primera vez comprende su letra.
Anota lo que gastas. Cada día. Cada euro. No para castigarte, sino para conocerte. “Gasto 60 euros en algo que no necesito.”
¿Qué emoción estaba sintiendo?
¿Qué vacío intentaba llenar?
¿Qué valor estaba olvidando?
Porque no es sobre el dinero. Es sobre ti.
El mapa está dentro
Hay personas que creen que el éxito financiero es tener mucho dinero. Talane Miedaner nos recuerda que el éxito, de verdad, es tener lo que necesitas y valorar lo que tienes.
A veces el éxito no está en ganar más dinero, sino en gastar menos con más sentido. En dejar de llenar carros de la compra y empezar a llenar tu agenda de lo que realmente te nutre.
Hazte esta pregunta: si mañana se congelaran mis ingresos, pero pudiera rediseñar mi vida desde cero, ¿qué conservaría? ¿Qué eliminaría? ¿Qué agradecería?
Repetir el patrón o redibujar el camino
No heredamos solo el color de los ojos o los apellidos de nuestros padres. También heredamos patrones. Quizá creciste en una casa donde se gastaba para aparentar, o donde el dinero era motivo de discusiones.
Tal vez te enseñaron que ahorrar era de avaros, o que pedir ayuda era de débiles. Pero hoy, tú puedes romper el guión.
¿Qué creencias sobre el dinero arrastras sin haberlas elegido? ¿Estás dispuesto a construir tu propia filosofía financiera?
Limpiar fuera para ordenar dentro
Volvamos al armario. Cuando Mariona terminó de vaciarlo, se sintió más ligera. No solo por los objetos que salieron, sino por las emociones que ya no tenía que cargar.
Separó lo necesario de lo optativo. Y lo erróneo, lo agradeció y lo soltó.
Y así como limpió ese armario, comenzó a limpiar otros: su agenda, sus relaciones, su tarjeta de crédito, sus pensamientos.
Porque a veces, ordenar un cajón es el primer paso para ordenar la vida entera.
Una nueva relación con el dinero
Este no es un artículo para ahorradores compulsivos ni para gurús de inversión. Es un texto para ti, que alguna vez has sentido que el dinero te domina en lugar de servirte.
Para ti, que trabajas tanto y a veces no sabes dónde se va todo. Para ti, que te preguntas si gastar con culpa o ahorrar con miedo son las únicas opciones. Y para ti, que tal vez estás listo para vivir en paz con el dinero y contigo mismo.
Preguntas para sembrar una nueva conciencia
¿Qué me enseñaron sobre el dinero y cuánto de eso sigo creyendo?
¿Qué compro cuando me siento solo, cansado, vacío o aburrido?
¿Qué parte de mí se siente merecedora de abundancia?
¿Qué gasto me ha hecho sentir más feliz en el último mes?
¿Qué gasto me ha hecho sentir peor conmigo mismo?
¿Qué pasaría si cada euro que gasto fuera una declaración de amor propio?
Epílogo: el valor de lo que no cuesta dinero
Hay cosas que no cuestan dinero pero lo valen todo:
Un paseo al sol.
Una conversación honesta.
Una comida sencilla en buena compañía.
Dormir en paz.
Despertar con propósito.
Tal vez el éxito no está en tu cuenta bancaria, sino en la forma en que habitas tu presente. Tal vez ya tienes lo que necesitas. Y todo lo demás… es solo desorden.
Mariona entendió que su bienestar no dependía de lo que ganaba, sino de lo que era capaz de soltar. Porque a veces, los números no se ordenan en el banco… sino en el alma.





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